Estándares para que escuelas y niños tengan más seguridad

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Los nuevos estándares de ventanajes e infraestructura física ayudarán a las escuelas a resistir el ingreso de intrusos armados.
POR:
JACK MAXWELL

Conforme se acortan los días cálidos del verano y el calendario avanza hacia septiembre, se vuelve a pensar en la escuela. Nuevos grados, nuevos amigos, nuevos atuendos: es un momento emocionante para todos.

Desafortunadamente, en los últimos años, al comienzo de cada curso escolar también se hace mayor hincapié en proteger a los estudiantes y al personal contra intrusos armados. Además de asignar profesores a las aulas, pedir material y planificar actividades extraescolares, los administradores escolares deben realizar simulacros de tiroteo activo y evaluar de manera minuciosa la capacidad de sus instalaciones para resistir un ataque.

En la actualidad, los estándares desarrollados por dos comités de ASTM International (aplicaciones de seguridad nacional (E54) y sistemas y equipos de seguridad (F12)) desempeñan un papel importante en la lucha por hacer más seguras las escuelas y otros tipos de edificios públicos.

Los estándares E54 se refieren principalmente a equipos como escudos y chalecos antibalas, productos que protegen a la policía y al personal de rescate que deben enfrentarse a un ataque en curso. Por otra parte, los estándares desarrollados por F12 se centran en la infraestructura física, como los sistemas resistentes a la entrada forzada, las barreras de seguridad y los sistemas de ventanaje diseñados para impedir que se inicie un ataque o, al menos, frenar su avance lo suficiente como para dar a los objetivos la oportunidad de escapar y a las fuerzas de seguridad la oportunidad de neutralizar la amenaza.

En arquitectura, “ventanaje” se refiere a cualquier abertura en la fachada de un edificio, incluidos tragaluces y puertas; las ventanas (denominadas “sistemas de acristalamiento” en el sector) son en lo que la mayoría de las personas piensa cuando se utiliza el término. La ASTM ha realizado una gran labor en este ámbito, gracias al desarrollo de nuevos estándares que establecen un método de prueba para determinar la capacidad de los sistemas de acristalamiento de resistir los intentos de entrada forzada tras recibir impactos de bala.

Refuerzo de seguridad de objetivos

El término “refuerzo de seguridad de objetivos” apareció originalmente en el discurso público en referencia a las medidas adoptadas para proteger de ataques terroristas las bases militares y los complejos diplomáticos de Estados Unidos en todo el mundo. En principio, se refería a barreras físicas, sistemas de vigilancia mejorados y similares. Sin embargo, a raíz de los tiroteos masivos que han asolado a Estados Unidos en las últimas décadas, ahora se aplica a centros comerciales, a iglesias e, incluso, a escuelas.

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Según Kontek, una empresa dedicada a brindar soluciones de seguridad, la lista de verificación típica del refuerzo de seguridad de objetivos incluye “examinar la vigilancia natural, el control de acceso, las medidas de refuerzo y el mantenimiento de cada edificio”. Los especialistas en seguridad escolar de la empresa enumeran las “cuatro D” de la seguridad física así: 1) Denegar el acceso; 2) Demorar la acción; 3) Detectar el delito; y 4) Disuadir el ataque.

La aplicación incoherente de estos conceptos puede aumentar los peligros de un posible incidente. Por ejemplo, las barreras diseñadas para mantener el control de acceso e impedir que personas no autorizadas entren en una escuela solo son eficaces si se utilizan de forma correcta. De hecho, en el tiroteo de 2022 en la escuela de Uvalde (Texas), el tirador pudo entrar en el edificio por una puerta lateral abierta que se suponía cerrada con llave. El agresor del ataque de Parkland (Florida) de 2018 también pudo ingresar fácilmente a la escuela secundaria contra la que atentó.

Lamentablemente, un perímetro seguro no es garantía de seguridad. Por ejemplo, en el tiroteo de 2023 en la escuela Covenant de Nashville, el pistolero se abrió paso a tiros a través de unas puertas de cristal cerradas con llave. Este escenario es puntual al que los miembros del subcomité de sistemas, productos y servicios (F12.10) se imaginaron cuando empezaron a trabajar en lo que se convertiría en el método de prueba del estándar para la resistencia a la entrada forzada de los sistemas de ventanaje tras un ataque simulado de un tirador activo (F3561).

Niveles de protección

Julia Schimmelpenningh dirigió el grupo de trabajo del subcomité que desarrolló F3561. Miembro de ASTM desde 1992 y participante en numerosos comités, en la actualidad, también forma parte de la junta directiva de la organización.

“Obviamente, los tiroteos en las escuelas han estado en las noticias y son una vergüenza para la sociedad”, comenta Schimmelpenningh, gerenta de relaciones técnicas con la industria arquitectónica de Eastman Chemical Company. Señala que, durante algún tiempo, los miembros del subcomité consideraron que los estándares existentes en el ámbito de su subcomité eran suficientes para garantizar que productos como las ventanas y las puertas de cristal funcionaran en circunstancias extremas.

Esta percepción fue cuestionada cuando la Asociación Nacional del Vidrio formó un comité para evaluar un boletín informativo sobre la seguridad en las escuelas, creado para ayudar a diseñadores, ingenieros y arquitectos a proporcionar un ventanaje seguro en las instalaciones educativas. “Gracias a este trabajo se detectaron vacíos en los estándares existentes y nos dimos cuenta de lo difícil y confuso que resultaba especificar los niveles de rendimiento necesarios”, comenta Schimmelpenningh.

Una vez que los miembros del subcomité decidieron que un nuevo estándar podría ayudar a reducir esta confusión, comenzó el desarrollo de F3561. Después de revisar los datos y las estadísticas pertinentes, determinaron que mantener el material de acristalamiento, al menos, parcialmente intacto en las fases iniciales de un ataque proporcionaría un sólido abanico de oportunidades de protección.

“ASTM ha abordado de manera muy progresiva, en el transcurso de los años, los problemas de seguridad de F12”, afirma Schimmelpenningh. “El Subcomité F12.10 trabaja en el establecimiento de sistemas, productos y servicios para las necesidades de seguridad. Cualquier tipo de seguridad debe considerarse un sistema de protección multinivel. Cada nivel debe frustrar o retrasar el avance del asaltante hacia su objetivo. Las barreras son una excelente manera de lograrlo y los nuevos estándares se crearon a partir de la necesidad de disponer de una prueba repetible y de varios niveles con la que se pudieran evaluar los sistemas de ventanaje ante intentos de entrada forzada tras su debilitamiento por un ataque balístico”.

El calendario acelerado en el que el grupo de trabajo ha concluido su labor sobre el estándar F3561 (de finales de 2021 a mediados del verano de 2022) pone de manifiesto la importancia de los estándares. “Desde su concepción hasta su publicación pasaron ocho meses”, informa Schimmelpenningh. “Esto da fe de la importancia de este tema no solo en el seno del comité, sino también en la sociedad. No se debe subestimar la voluntad del presidente del comité de autorizar las votaciones ni el trabajo realizado por el personal del comité para preparar y administrar dichas votaciones”.

Los nuevos estándares están ayudando a detener a los intrusos antes de que puedan llevar a cabo sus planes.

Los nuevos estándares están ayudando a detener a los intrusos antes de que puedan llevar a cabo sus planes.

Cuando se le pidió que identificara los problemas que surgieron durante el proceso de creación de los nuevos estándares, Schimmelpenningh respondió: “Los miembros de ASTM son muy meticulosos por naturaleza y, con el desarrollo de nuevos estándares, suele producirse un debate cíclico sobre el mismo tema a medida que las personas se acercan y se alejan de la ruta de desarrollo. Hacer un seguimiento y continuar comunicando lo que se había decidido, lo que debía abordarse de inmediato y lo que se abordaría en futuras versiones de los estándares fue el mayor reto al que nos enfrentamos. Pero reconocimos la importancia de ponerlo en manos de los responsables de la especificación lo antes posible, aun a sabiendas de que quizá tengamos que volver y añadir o aclarar cosas a medida que evolucione su uso y los productos disponibles en el sector”.

Resistencia a ataques balísticos

Entonces, ¿cuál es el método de prueba del sistema de ventanaje prescrito en F3561? ¿Cómo va a aplicarse precisamente?

“La prueba consiste en debilitar el sistema mediante un ataque balístico, seguido de una serie de impactos”, explica Schimmelpenningh. “Se trata de simular que un tirador intenta romper el cristal o el mecanismo de cierre con balas y, a continuación, se acerca e impacta contra el sistema para abrir un espacio que, o bien permite introducir la mano para desbloquear una ventana o una puerta, o bien crea una abertura lo suficientemente grande como para atravesarla”.

El método de prueba descrito en los nuevos estándares es muy detallado y preciso. En primer lugar, se efectúan ocho disparos en el acristalamiento o panel principal del sistema siguiendo un patrón de coordenadas de brújula; dos disparos adicionales se efectúan cerca del centro de este círculo. El mecanismo de cierre también se somete a cinco disparos en forma de rombo, con un disparo central en la cerradura de una puerta.

Los disparos se realizan desde un mecanismo capaz de disparar balas M193, del tipo utilizado en muchas armas de asalto como los AR-15. “Si no hay ninguna abertura por la que pueda pasar una esfera de 6 pulgadas después de cualquiera de estos disparos, la unidad se somete entonces a impactos de un péndulo de 100 libras en forma de torpedo con una nariz de impacto de 6 pulgadas”, amplía Schimmelpenningh. “Los impactos comienzan siempre en el nivel de base 1. Se requieren dos impactos del torpedo a la misma altura de caída para cada nivel y el sistema no pasa al siguiente nivel hasta que se considera que ambos impactos han sido superados. Hay ocho niveles, con un total acumulado de 3600 libras-pie de fuerzas de impacto que se administran a un sistema para alcanzar el nivel más alto”.

Según Ed Conrath, que presidió F12 y F12.10 durante décadas y sigue siendo miembro del comité, la elección de qué proyectil balístico especificar para su uso en el método de prueba y la forma específica de definir “falla” del sistema de ventanaje tras el ataque balístico fueron cuestiones difíciles.

Otro tema que generó un debate considerable entre los miembros del grupo de trabajo fue la especificación y el uso de acristalamientos resistentes a las balas. Schimmelpenningh y sus colegas conocían bien el método de prueba estándar de la ASTM para materiales y sistemas de acristalamiento de seguridad (F1233) y, en un principio, se extrañaron de que estos estándares no se utilizaran más a menudo para especificar estos productos más seguros en escuelas y otros edificios públicos.

Un análisis más detallado reveló que una de las razones era el costo. “Observamos que muchos municipios sencillamente no podían pagar este tipo de ventanas y puertas”, nos comenta. El peso y la disponibilidad también fueron factores disuasorios importantes. Esta realidad influyó en la evaluación de los distintos métodos de prueba por parte del grupo de trabajo, cuyos miembros se aseguraron de que se tuvieran en cuenta tanto el costo como la complejidad. También se percataron de que mantener al agresor fuera del edificio mediante la resistencia a la entrada forzada era más eficaz para la protección general, ya que las lesiones y muertes suelen producirse después de haber conseguido entrar en una instalación.

“Lo que hicimos fue tomar las mejores prácticas de los procedimientos existentes y reunirlas para obtener una prueba aplicable, significativa y fácil de realizar”, manifiesta Schimmelpenningh. El uso inicial del método de ensayo puso de manifiesto la necesidad de realizar ajustes para que el procedimiento fuera más fluido y aclarar determinados aspectos del estándar. Pero en general explica, “El estándar está teniendo una buena acogida y puede especificarse y utilizarse en el sector”.

Restricción del acceso

Abordar el problema general de la violencia armada en Estados Unidos y los horrores específicos de los tiroteos masivos en las escuelas es una tarea compleja y de enormes proporciones. Aunque las medidas preliminares pueden tener algún efecto, en un país donde hay más armas que personas no hay forma de detener a todas las personas malintencionadas. En este entorno, el énfasis se amplía desde intentar mantener las armas fuera de las manos equivocadas a impedir que las personas, en la mayor medida posible, lleven a cabo sus planes si consiguen armas de fuego. F3561 ayudará en este sentido.

“Para llevar a cabo dicho plan, el tirador tiene que haber logrado ingresar en la escuela”, destaca Schimmelpenningh. “La especificación de este estándar como requisito de rendimiento, incluso, al nivel mínimo para las aberturas accesibles, ayudará a frenar, y puede disuadir, el acceso del tirador a través de puertas y ventanas debidamente aseguradas. Esto permitirá proporcionar así el valioso tiempo necesario para actuar y llamar a las autoridades. El principal objetivo de este estándar es ayudar a salvar vidas”.

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Hay que señalar que el desarrollo del estándar no se realizó de forma aislada. Schimmelpenningh y sus colegas fueron muy conscientes de que las puertas con doble cerradura en los vestíbulos, la orientación adecuada de los edificios, la colocación estratégica de jardines y otras medidas de defensa son elementos cruciales de la ecuación de seguridad. Sin embargo, su trabajo está ayudando a poner de relieve el carácter crítico de las ventanas y las puertas.

“El ventanaje es una de las primeras áreas que debe reforzarse y se debe exhortar a los fabricantes de productos a que accionen, y desafiar a diseñadores, ingenieros y arquitectos, así como a reguladores y legisladores a utilizar los requisitos y las capacidades de rendimiento presentados por los productos probados según estos estándares para proteger las escuelas y otras instalaciones y edificios que requieran una seguridad de tipo entrada forzada”, nos comenta.

El trabajo continúa

Los sistemas de ventanaje son solo un componente, aunque importante, en la ecuación de seguridad de una escuela.

Por ejemplo, Conrath cita dos estándares relacionados con los bolardos (postes verticales cortos y resistentes diseñados para impedir el acceso de vehículos a zonas peatonales) que podrían formar parte de la ecuación: métodos de ensayo estándar para pruebas de choque de barreras de seguridad para vehículos. (F2656) y pruebas de dispositivos de protección contra impactos de vehículos a baja velocidad (F3016). “Si éste se convirtiera en un método de ataque a las escuelas, podría utilizarse uno de estos dos estándares para abordar el tema de la prevención de la incursión de vehículos”, afirma.

Schimmelpenningh señala que el método de prueba estándar para sistemas y materiales de acristalamiento de seguridad (F1233) se encuentra en fase de revisión. “Este estándar se actualizará en lo relativo a municiones, armas y metodología general con respecto a la versión actual”.

Es evidente que varios estándares de ASTM contribuyen a los esfuerzos en curso para hacer que las escuelas y otros edificios públicos sean menos susceptibles de sufrir ataques armados. Pero aún queda trabajo por hacer. Conrath hace hincapié en otros aspectos de la seguridad escolar que requieren atención.

“Los estándares aún por desarrollar deben examinar cómo abordamos las puertas para entradas forzadas de bajo nivel, formas más inteligentes de diseñar nuevas escuelas, cómo pueden modificarse las escuelas existentes para proporcionar seguridad integral y futuras amenazas en las que tengamos que pensar”, agrega. Dada la dedicación y el incansable compromiso que los miembros de ASTM aportan a su trabajo para la organización, podemos esperar ver cómo se cierran estas brechas en los próximos años.

Jack Maxwell es escritor independiente y reside en Westmont, Nueva Jersey, EE. UU.

SECTORES INDUSTRIALES
Issue Month
Septiembre/Octubre
Issue Year
2023
COMITÉ:
Committees
E54
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