Estándares para una nueva era de vuelos espaciales
En el fantástico universo de la Guerra de las galaxias, los viajes espaciales parecen ser un asunto bastante sencillo. Aunque el capitán Han Solo bromea cuando dice que surcar el universo “no es como pasear por el campo”, a un espectador se le perdonaría llegar a una conclusión diferente.
En las películas, las emergencias médicas se resuelven fácilmente con una rápida inmersión en una misteriosa sustancia azul y los centros espaciales parecen, en su mayoría, una serie de salones y suites de hoteles de lujo, no unas instalaciones en funcionamiento para lanzarse a uno de los entornos más hostiles conocidos por la humanidad.
Aunque “no encontrarás otro lugar tan lleno de maldad y vileza” constituye una de las frases más icónicas de la ciencia ficción, resulta ser poco útil como descripción real de un centro espacial. Aquí en la Tierra, el proceso que conduce al éxito de un viaje al espacio es mucho más complicado.
Ingrese al comité de ASTM International sobre vuelos espaciales comerciales (F47), que se formó en 2016 con el fin de desarrollar estándares para una nueva era de viajes espaciales. Entre otros estándares, el comité ha estado trabajando en dos elementos: una nueva clasificación para las descripciones de los centros espaciales y un estándar propuesto enfocado en las calificaciones médicas. Ambos estándares contribuyen al avance de las conversaciones sobre cómo explorar el espacio de una forma más segura.
Medicina en el espacio
En los primeros años de la Era Espacial, el desarrollo de la tecnología espacial fue impulsado en gran medida por organizaciones nacionales e intergubernamentales. Sin embargo, en el siglo XXI, se reavivó el interés por los viajes espaciales, lo que llevó a algunas personas a caracterizar nuestro momento como una “Nueva Era Espacial”. Los vuelos espaciales comerciales han sido uno de los motores centrales de esta era, con una expansión del volumen y de los tipos de servicios proporcionados por empresas privadas.
La Nueva Era Espacial presenta perspectivas interesantes, que tienen el potencial de impulsar considerablemente la exploración del espacio. La era también hace que surjan nuevas preguntas sobre la seguridad y la eficacia. En consecuencia, los profesionales y los expertos del sector han dado prioridad a la investigación y a la deliberación cuidadosa, y los estándares desempeñan un papel central en estos debates.
Una pregunta fundamental tiene que ver con los participantes mismos en los vuelos espaciales. La guía propuesta para la calificación médica de los participantes en vuelos espaciales en vehículos suborbitales (WK76057) ofrecerá una serie de directrices para la aceptación de pasajeros que ayuden a las empresas en el momento de aprobar a los candidatos para los vuelos espaciales.
El Dr. Michael Harrison, director médico de Axiom Space y miembro del F47, señala que el estándar surgió después de años de esfuerzo y de un impresionante nivel de colaboración en todo el sector para abordar la cuestión de la calificación médica. Harrison también afirma que el estándar tiene el potencial de ser esencial para el futuro, especialmente, en la medida en que el sector busque ampliar la duración y la complejidad de las misiones.
“El estándar representa el primer esfuerzo del sector por reunirse y desarrollar qué estándares deberán cumplir los participantes de los vuelos espaciales cuando se realicen vuelos suborbitales con humanos a través de un proveedor comercial”, explica Harrison. “Hay una serie de proveedores comerciales que están proporcionando estos servicios ahora, y eso constituirá el marco de trabajo de cómo nosotros, como sector, comenzamos a estandarizar las misiones orbitales cuando empecemos a viajar durante más tiempo y más profundamente en el espacio”.
Los vuelos suborbitales son aquellos en los que una nave no completa una revolución orbital de la Tierra. En el futuro, los vuelos orbitales, que colocan una nave en una trayectoria en la que podría permanecer en el espacio durante, al menos, una órbita, tendrán el potencial de prolongar el viaje de una persona durante horas, días o incluso meses.
Además de estos aspectos, el sector necesita considerar quién realiza las evaluaciones, dado que una industria espacial cada vez más internacional cruza las fronteras nacionales e incluye a profesionales capacitados de diferentes sistemas educativos y certificados con diferentes normas.
Harrison ilustra que la evaluación del riesgo es la clave de la evaluación médica. El estado de salud de una persona presenta mayores o menores niveles de riesgo de descompensación y consecuencias adversas para la salud durante un viaje; esos riesgos pueden verse exacerbados por innumerables circunstancias a lo largo del trayecto. Los viajes prolongados tienen el potencial de aumentar el riesgo y Harrison agrega que, incluso, llevar consigo un dispositivo médico básico no es tarea sencilla.
“Es necesario certificar en vuelo ese dispositivo específico y asegurarse de que no va a causar problemas; que no tendrá requisitos de consumo de energía elevados; que no será un dispositivo grande y pesado que pueda convertirse en un proyectil a menos que esté asegurado de manera correspondiente dentro de la cabina; que funcionará con gravedad cero o microgravedad; que no será muy sensible a los cambios de radiación al dejar la atmósfera terrestre. Lo que parece una solución muy fácil aquí en la Tierra no lo es necesariamente para algo tan complejo como los vuelos espaciales”.
Dados los diferentes aspectos de los viajes espaciales y lo mucho que está en juego, los estándares como el WK76057 son valiosos para establecer prácticas y guiar la consideración de los detalles esenciales. Los debates de hoy pueden ser cruciales para el desarrollo del sector.
“En los próximos 10 años, será muy interesante participar en los vuelos espaciales comerciales”, agrega Harrison. “Se verá una expansión acelerada. El objetivo de un estándar es proteger al cliente que paga y a la población en general. Fue agradable ver el interés de participación de todos. Parecía que todos tenían el mismo objetivo, que era hacer de este sector una industria segura y sostenible, y elaborar un documento que proporcionara el apoyo necesario para ello”.
Centros espaciales para una nueva era
Los centros espaciales también poseen un nivel de complejidad y cuidado que hacen que la estandarización sea crucial. Aunque mucha gente puede tener en su mente una imagen homogénea de los centros espaciales, probablemente, modelada a partir de las imágenes de los espectaculares lanzamientos del Apollo o del transbordador espacial, los diferentes aspectos de los centros espaciales son bastante intrincados.
Los centros espaciales se distinguen en función de los tipos de sistemas de lanzamiento que permiten, en especial, si las naves espaciales pueden despegar utilizando sistemas de lanzamiento vertical, horizontal o cualquiera de los dos sistemas. Además, se definen por otros factores, que van desde si tienen capacidad para propulsar vehículos orbitales o suborbitales hasta qué tipos de combustible utilizan y qué sistemas de disuasión de aves utilizan. En última instancia, la viabilidad de un lanzamiento potencial viene determinada no solo por las instalaciones en sí, sino también por el entorno y la localidad de un sitio.
“La mayoría de los centros espaciales del mundo están hechos a medida”, explica Andrew A. Nelson, vicepresidente del sector aeroespacial de RS&H y vicepresidente de F47. “No son lo mismo que los aeropuertos, donde las operaciones existen desde hace más de cien años. Lo que se encuentra es que algunos de los primeros centros espaciales hicieron las cosas a su manera. Lo hicieron durante los últimos 40, 50 o 60 años, como en Cabo Cañaveral o Vandenberg. Pero, en realidad, no había una forma común de hacer las cosas”.
Además de los propios componentes técnicos de un centro espacial, una segunda cuestión presenta sus propios desafíos: cómo comunicar con eficacia sobre un centro espacial a los clientes potenciales y al público en general.
Un estándar reciente, la clasificación para la descripción de las capacidades de los centros espaciales (F3610), proporciona una guía sobre el cómo y el qué de la caracterización de un centro espacial determinado. La nueva clasificación enumera un amplio espectro de elementos potenciales, que van desde la información de contacto básica y las capacidades técnicas hasta las características del sitio, los sistemas de pruebas y seguridad, la normativa medioambiental vigente e, incluso, los factores culturales locales que potencialmente pueden ser relevantes para un lanzamiento.
Para Mark Greby, propietario de Greby Space Services y miembro del F47, una de las funciones clave del F3610 es facilitar la consideración de la información que pueda ser valiosa para los clientes potenciales o el público, así como hacer que esta información esté disponible en un formato más accesible.
“Este estándar nos ayuda a consolidar la información en un solo lugar”, expresa Greby. “Es más sencillo para los clientes y el público, ya que les ofrece un lugar al que pueden acudir a investigar y encontrar esa información en un formato semicomún. Eso, a su vez, reduce el tiempo y permite que la gente tenga suficiente información de manera que pueda estar informada o tener una conversación inteligente sobre lo que le gustaría hacer”.
Greby también explica el valor de incorporar flexibilidad al estándar. Los vuelos espaciales comerciales son un sector en rápido desarrollo y los centros espaciales tienen la discreción de comunicar tanto o tan poco como deseen.
Según Greby, “Si a un centro espacial le incomoda hablar sobre un tema, no tiene por qué hacerlo. Digamos que se trata de sistemas de seguridad o de nombrar a un cliente. El estándar proporciona protección para la información que podría considerarse secreta o de propiedad exclusiva”.
Ya se trate de capacidades o de prácticas de comunicación, tanto Greby como Nelson ven en el aumento de la estandarización un medio para ayudar al crecimiento de la industria de los vuelos espaciales comerciales.
Tal y como lo caracteriza Nelson: “Cuando se tiene la capacidad de lanzar desde seis u ocho sitios diferentes, entonces se dejan de lado como tema de discusión los huracanes, los ciberataques y otras muchas cosas, de manera que se pueden lanzar los cohetes cuando se desee y desde donde se desee. Pero para poder hacerlo, es necesario poder asegurarse de que los consumibles están ahí, de que se puede bombear los consumibles en los cohetes, y ese tipo de cosas. Estos son algunos de los fundamentos de cómo se consigue una respuesta muy rápida y un sistema operativo resiliente para realizar un lanzamiento con capacidad de reacción”.
Nelson también afirma que el crecimiento proviene de la unificación del sector para encontrar soluciones.
“Estamos agarrando el ritmo y las personas se dan cuenta de que, de verdad, lo necesitamos. El cliente lo demanda y las personas ven un mercado. Los mercados funcionan con estándares, además de crecer más y con más rapidez cuando existen estándares. Las personas están captando ese mensaje”.