Seguridad del consumidor, estándares y la ley CPSIA
Seguridad del consumidor, estándares y la ley CPSIA
Productos más seguros para los consumidores, especialmente los niños
La Unión de Consumidores (Consumers Union) de los EE. UU. llamó al 2007 “El año del retiro de alimentos y productos” en los Estados Unidos, con una cantidad récord de retiros de productos que incluían grandes cantidades de carne picada y tubos de dentífrico, lavavajillas y calentadores cerámicos, productos para niños y juguetes.
Según la Oficina Nacional de Investigación Económica (National Bureau of Economic Research), la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de los EE. UU. (U.S. Consumer Product Safety Commission) emitió la orden para el retiro del mercado de 276 productos para niños y juguetes ese año. Los retiros de productos significaron un aumento del 80 por ciento con respecto al año anterior y millones de productos como juguetes con pintura a base de plomo e imanes pequeños, cunas y corrales de juego con defectos de diseño y construcción, etc.
En ese momento, ya estaba en marcha el trabajo para abordar productos potencialmente inseguros para niños y crear conciencia sobre los peligros potencialmente mortales de ciertos productos.
Había llegado el momento, y la Ley de Mejora de la Seguridad de los Productos de Consumo (Consumer Product Safety Improvement Act, CPSIA), que celebró su décimo aniversario este año, estaba lista para hacer que los productos, especialmente los productos juveniles, fueran más seguros.
Preparación del escenario
Rachel Weintraub, asesora jurídica general y directora legislativa de la Federación de Consumidores de los EE. UU. (Consumer Federation of America, CFA), recuerda el trabajo realizado por los defensores de los consumidores en los años previos a la promulgación de la ley CPSIA para abordar los problemas con los productos infantiles.
Un esfuerzo fundamental fue el que realizaron los padres de Danny Keysar, un bebé de 16 meses que murió por estrangulación a causa del colapso de una cuna/corral de juego portátil en 1998 mientras estaba en una guardería autorizada.
La organización Niños en peligro (Kids In Danger, KID) —fundada por los padres de Danny— se unió a la CFA y a otros defensores de consumidores para trabajar en la creación de legislación que protegiese mejor a los niños. Su trabajo dio sus frutos cuando, en 2001, la Representante Janice Schakowsky (D-IL) introdujo inicialmente la disposición legislativa conocida como la Ley de Danny (Danny's Law) para hacer que los productos infantiles y juveniles fuesen más seguros.
Weintraub dice: “Fue una oportunidad desafortunada, porque los retiros de productos y los incidentes llamaron la atención del Congreso [de los EE. UU.]. Aprovechamos la atención para centrarnos en algunos de los problemas y pudimos trabajar estrechamente como comunidad de consumidores para presentar los problemas y las propuestas en las que habíamos estado trabajando durante mucho tiempo.”
Lo que resultó de este trabajo básico fue la Ley de Mejora de la Seguridad de los Productos de Consumo, aprobada casi por unanimidad en el Congreso y promulgada como ley en 2008 por el entonces presidente George W. Bush. La Ley de Danny se incorporó a la legislación como la Sección 104, Estándares y Registro del Consumidor de Productos Duraderos de Guardería (Standards and Consumer Registration of Durable Nursery Products).
La Ley CPSIA
Inez Tenenbaum, que ahora es socia en la firma Wyche y que en su práctica legal aún trabaja en seguridad de productos de consumo y seguridad de los niños, fue presidenta de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo (CPSC) durante los primeros años de la implementación de la ley CPSIA.
“La CPSIA surgió debido a una crisis en la industria de productos infantiles”, nos dice. “El Congreso ordenó que la CPSC colaborara con la industria, con los defensores de los consumidores y con el sector académico para desarrollar los estándares más sólidos posibles. Todas las personas aunaron esfuerzos para asegurarse de que se tomaran en cuenta las preocupaciones de seguridad y los datos de la industria.”
La ley CPSIA, a la que la CPSC se refiere como “una ley histórica de seguridad de productos de consumo”, brindó a la agencia una nueva autoridad para hacer cumplir la ley.
Acerca de la Sección 104, con referencia a la Ley de Danny, Nancy Cowles afirma: “Para nosotros, eso es el corazón de la CPSIA.” Nancy Cowles es la directora ejecutiva de la organización KID, fundada por los padres de Danny. “Cuando los padres van a la tienda a comprar un producto para niños... pueden tener la certeza de que se ha verificado su seguridad y que su hijo estará seguro. La implementación de la CPSIA ha tenido un gran impacto en la seguridad infantil.”
La Ley CPSIA:
- Requiere estándares obligatorios para los productos duraderos para bebés y niños de corta edad (incluso las cunas que se utilizan en guarderías y en hoteles);
- Exige pruebas realizadas por terceros y evidencia de cumplimiento;
- Limita la exposición al plomo a 100 partes por millón en juguetes y productos infantiles, así como la prohibición de diversos ftalatos en juguetes y en algunos artículos de cuidado infantil (el plomo puede tener efectos adversos permanentes en la salud, especialmente en niños, y los ftalatos pueden alterar el sistema endocrino); y
- Requiere opciones de registro de productos para facilitar los avisos de retiro de los productos.
La legislación también creó SaferProducts.gov, una herramienta para que tanto los consumidores como los fabricantes informen y reaccionen a la información sobre incidentes y accidentes (ver la barra lateral).
La CPSIA utiliza estándares de consenso voluntario, muchos provenientes del Comité de ASTM International sobre Productos de consumo (F15), para garantizar productos de consumo más seguros.
Estándares y productos juveniles
Sam Shamie, miembro de ASTM International desde hace mucho tiempo y copresidente de Delta Enterprise Corp., dice que la ley CPSIA y los estándares ASTM encajaban naturalmente. “La ley CPSIA fue promulgada por el Congreso con el requisito expreso de que la CPSC promulgara estándares federales para productos juveniles. Una de las formas de lograr esto fue mediante la adopción de los estándares de ASTM”, nos manifiesta. “El proceso de la ASTM era el vehículo perfecto para realizar esta tarea. Reúne a todas las partes interesadas, incluidas todas las personas y organizaciones, que conservan los datos históricos y la experiencia en este campo.”
Shamie recuerda ese momento y su participación continua en el trabajo del Comité sobre Productos de consumo: “He sido parte del Comité de ASTM y de la organización por más de 40 años. Lo que he visto son buenas personas, de todas partes, que se unen con el propósito expreso de crear estándares que han salvado las vidas de niños y han protegido a muchos de ellos de sufrir lesiones.”
El trabajo para implementar la CPSIA otorgó prioridad a las cunas y el comité F15 evaluó cómo se podrían revisar las especificaciones existentes de seguridad del consumidor para cunas de tamaño completo (F1169) y cunas/corrales de juego portátiles (F406). Los cambios más grandes se han producido en las pruebas para imitar el uso y abuso en el mundo real, así como la prohibición bien conocida de las cunas de baranda móvil (en las que un lado podía bajarse) en F1169.
Sobre el F1169, Tenenbaum dice: “Es el mejor estándar de cunas del mundo.” Los estándares brindan los requisitos de desempeño y de prueba que ayudan a determinar la integridad estructural. Para las cunas de tamaño completo, los requisitos de diseño también incluyen riesgos de entrampamiento en la extensión del poste esquinero, entre otros. También se debe incluir el etiquetado y los documentos de instrucciones.
Si bien el trabajo sobre los estándares de cunas más estrictos, y los productos fabricados desde entonces, es importante para varios miembros del F15, ellos también mencionan otros productos juveniles.
Las especificaciones de seguridad del consumidor de los asientos de baño para bebés (F1967), andadores (F977), camas adosadas al colchón de adultos (F2906), carriolas y cochecitos (F833), entre otros, proporcionan requisitos de desempeño, métodos de prueba y requisitos de etiquetado para estos productos.
Cerca de 20 estándares del F15 aparecen ahora citados por la ley CPSIA. Estos incluyen las especificaciones recientes de seguridad del consumidor de los colchones para cunas (F2933) y los asientos de piso para niños de corta edad (F3317).
Y hay más estándares en curso de acuerdo con las cronologías del comité para la revisión o el desarrollo de estándares. Al mismo tiempo, los subcomités responsables continúan considerando las mejoras que pueden ser necesarias para los estándares existentes a medida que nuevos productos ingresan al mercado o surgen nuevos peligros.
“Hay un gran llamado a seguir desarrollando estándares para que los productos estén cubiertos por un conjunto de principios guía independientemente del producto”, dice Kelly Mariotti, directora ejecutiva de la Asociación de Fabricantes de Productos Juveniles. “Esa es una cultura de la seguridad, y es muy emocionante”.
Seguridad de los juguetes
La CPSIA también cubre los juguetes, un sector que tan solo en los Estados Unidos ha sido valorado recientemente en más de US$ 31 mil millones, y exige la especificación de seguridad del consumidor de ASTM International para la seguridad de los juguetes (F963). En conformidad con la CPSIA, todos los juguetes vendidos en los Estados Unidos deben cumplir los requisitos del estándar F963.
La ASTM International publicó inicialmente el estándar F963 en 1986. Este comenzó como un estándar provisional publicado inicialmente en 1976 por la Oficina Nacional de Estándares (National Bureau of Standards, NBS) de los EE. UU., ahora Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (National Institute of Standards and Technology, NIST). El estándar F963 ha sido revisado y modificado en numerosas oportunidades desde entonces.
Tal como reza en la introducción, el F963 ayuda a reducir al mínimo los accidentes durante el uso normal previsto y el “maltrato razonablemente previsible” de los juguetes a los que se aplica. Entre estos juguetes, para niños menores de 14 años de edad, se incluyen juguetes de peluche, pelotas, juegos, muñecas y figuras de acción, juguetes infantiles y preescolares, juguetes que funcionan con pilas, juguetes para montar, juguetes con proyectiles y muchos más. Sus requisitos y métodos de prueba se relacionan con piezas pequeñas, puntas agudas y bordes afilados, seguridad química y de materiales, ingestión, aplastamiento, sobrecalentamiento de pilas, uso y abuso, y otros peligros potenciales.
“El estándar F963 de ASTM es muy completo y ofrece amplia protección. Es el principal estándar de seguridad integral de juguetes del mundo”, comenta Alan Kaufman, vicepresidente senior de asuntos técnicos de la Asociación del Juguete (The Toy Association) de los EE. UU. y miembro de la junta directiva de ASTM International y del F15.
Además, en cualquier momento dado puede haber en curso varias revisiones al estándar.
“Pertenecemos a un sector muy innovador en el que surgen nuevos productos todo el tiempo”, agregó Kaufman. “Además, los niños son infinitamente inventivos en la forma en que hacen uso, y algunas veces mal uso, de los productos. Así que hay peligros emergentes que aparecen repentinamente.”
Como resultado, el comité F15 analiza de forma continua los datos de incidentes y qué modificaciones podrían ayudar a resolver los problemas. Las revisiones actualmente en curso se centran en requisitos de acústica, límites de sonido de los juguetes de empujar y halar, peligros de impacto de ciertos juguetes, requisitos de magnetismo y otros. El Subcomité sobre Seguridad de juguetes (F15.22), responsable del estándar, lo examina y lo modifica de forma continua.
Una colega de Kaufman, Joan Lawrence, es vicepresidenta senior de estándares y asuntos normativos de la Asociación del Juguete y presidenta del F15.22. Ella señala que muchas empresas cumplieron con el F963 antes de la promulgación de la CPSIA. Y agrega que un punto fuerte de la CPSIA es su mandato de que la versión más actualizada del F963 sea siempre la obligatoria si no es rechazada por la CPSC durante su período de revisión. “De esa manera sigue siendo un documento vivo y puede evolucionar”, dice Lawrence. “Eso brinda mucha seguridad a las familias.”
La CPSIA de hoy
La década transcurrida desde la promulgación de la CPSIA ha sido testigo de cambios positivos en la seguridad del consumidor.
“Es una normativa que realmente ha funcionado para hacer lo que tenía que hacer: aumentar la seguridad”, afirma Cowles.
Las estadísticas de los retiros de productos del mercado nos brindan alguna idea. “En 2007 hubo 109 retiros del mercado de productos infantiles y juguetes por su contenido de plomo”, dice Weintraub. “En 2017 hubo solo uno de esos retiros debidos al plomo.
Considero que eso es un dato estadístico contundente.” Los retiros del mercado de juguetes han disminuido también, dice Weintraub, de 207 en 2007 a 15 en 2017, una reducción del 89 por ciento, lo cual puede ser atribuido en parte a la ley CPSIA.
Sin embargo, la CPSIA ha acarreado sus propios costos, dicen Kaufman y Lawrence, en trabajo administrativo y, a veces, en pruebas y certificaciones innecesarias. La industria del juguete ha trabajado con el CPSC para exceptuar dichas situaciones; por ejemplo, las pruebas de ftalatos en madera, donde es poco probable que aparezcan, y en ciertos plásticos en los que su flexibilidad proviene del contenido de caucho o del peso molecular y no de los ftalatos.
Kelly Mariotti es directora ejecutiva de la Asociación de Fabricantes de Productos Juveniles (Juvenile Products Manufacturers Association) de los EE. UU. y ha sido miembro del Comité sobre Productos de consumo desde 2010.
“Las empresas están haciendo mejores productos que nunca; están haciendo productos más seguros que nunca; han encontrado formas de innovar dentro del esquema regulatorio y proporcionar características que los padres desean y necesitan, sin apartarse del cumplimiento de estos estándares sumamente estrictos”, dice Mariotti. “Con el tiempo, la industria ha encontrado maneras de trabajar con los laboratorios de pruebas para mitigar las pruebas redundantes y garantizar que se utilicen los medios de prueba más eficientes y rentables.”
Mariotti añade que “la mayoría de los retiros actuales de productos no están relacionados con la no conformidad de un producto. Se deben a peligros imprevistos, o son productos de los cuales no se ha reportado perjuicio alguno pero se ha identificado un riesgo potencial.”
Beth Schommer, vicepresidenta de cumplimiento normativo en Walmart, se involucró con el Comité sobre Productos de consumo cuando se estaba implementando la ley CPSIA. “Hubo un mayor reconocimiento del impacto de gran alcance de una ley como la CPSIA, no solo en los fabricantes sino también en los vendedores minoristas”, dijo ella.
Walmart ha respondido a los requisitos de la CPSIA al verificar que todos los productos cumplan con los estándares aplicables. “Al trabajar con proveedores, los vendedores minoristas podemos hacer referencia a una ley como la CPSIA y saber que estamos exigiendo los mismos estándares de seguridad de manera coherente en nombre del consumidor”, agrega.
Cuando surgen problemas de seguridad, el gigante minorista cuenta con procesos para retirar los productos de los estantes. Y cuando entran en vigor nuevas regulaciones, Walmart lo notifica a su base de suministro y les comunica las expectativas de cumplimiento a los proveedores.
La meta permanente: la seguridad
El desarrollo de estándares de productos de consumo continúa para los productos de consumo a los que se aplica la ley.
“Es un excelente modelo de cómo se puede tener defensores en el gobierno, en la industria y entre los consumidores trabajando todos juntos por la seguridad de los niños”, señala Tenenbaum. “Se puede trabajar de manera que todos sean ganadores y no tenga que haber una disyuntiva.”
Weintraub señala la necesidad de mantener el impulso en el trabajo de estándares para la CPSIA. “Necesitamos ver el firme compromiso continuo con la Sección 104 para asegurarnos de que los productos restantes en esa sección pasen por el proceso y de manera oportuna y efectiva” sigue diciendo. “Si creemos que hay categorías adicionales que deberían incluirse, haremos esa recomendación.”
Las diversas partes interesadas continúan reuniéndose en el Comité sobre Productos de consumo para desarrollar estándares de consenso voluntario. Eso es lo que el comité hace en el proceso de consenso de ASTM, al reunir a las partes interesadas y sus aportaciones en nombre de la seguridad de los niños y de todos los consumidores.
La base de datos de productos de consumo
SaferProducts.gov, la “Base de datos de información de seguridad de productos de consumo disponible públicamente” de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de los EE. UU., es un resultado de la Ley de Mejora de la Seguridad de los Productos de Consumo. La base de datos proporciona una ubicación central única para buscar informes de incidentes; comentarios de fabricantes, etiquetadores e importadores; y retiros de productos existentes.
Para reportar un producto potencialmente inseguro, los usuarios llenan un informe en línea. Las categorías de productos van desde productos juveniles y juguetes, ropa y contenedores, hasta artículos de cuidado personal y empaque, y otros. La información, que se mantiene confidencial, pasa a la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de los EE. UU. para el seguimiento y la posible acción (como solicitar estándares nuevos o revisados).
Se puede buscar en la base de datos por fecha o por palabra clave, o se puede navegar por categorías particulares de productos (como bebés y niños, calefactores personales y fuegos artificiales, metales en productos, artículos para el hogar, juguetes y otros).
“Es una herramienta maravillosa para los padres que están documentándose sobre un producto que desean comprar”, dice Nancy Cowles, directora ejecutiva de Niños en Peligro (Kids in Danger, KID) y miembro de ASTM International con extensa trayectoria.
Las empresas pueden revisar y comentar sobre los informes de seguridad de los productos, y además recibir notificaciones sobre sus productos. Los fabricantes de lotes pequeños pueden solicitar la exoneración de ciertos requisitos de pruebas de terceros.
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