Una hoja de ruta para el tema ambiental, social y de gobierno corporativo (ASG)

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Los informes corporativos sobre métricas ambientales, sociales y de gobierno serán más fáciles de comprender gracias a una guía estandarizada de la ASTM que se encuentra actualmente en fase de elaboración.
POR:
JACK MAXWELL

Una inversora examina los resultados de una empresa en la que está pensando comprar acciones. Un funcionario de adquisiciones del gobierno que debe confirmar la buena fe en materia de contratación y diversidad de un posible contratista. Un filántropo en busca de grupos de defensoría sin fines de lucro que den prioridad a la sostenibilidad.

Estos son solo algunos ejemplos de personas que buscan una comprensión más profunda y detallada de los valores y el posicionamiento estratégico de una organización en comparación con el entendimiento que puede obtenerse al solo examinar los balances y las relaciones precio-ganancias. Pero, ¿dónde encontrar esa información? Una fuente fundamental es lo que se conoce como divulgaciones ASG.

ASG son las siglas de ambiental, social y gobierno corporativo. El término comprende tres medidas específicas del rendimiento de una organización que pueden quedar fuera de los parámetros de los informes financieros tradicionales, pero que, sin embargo, pueden tener un profundo efecto en su imagen, el atractivo para los inversores y los resultados finales.

No obstante, quienes “consumen” información ASG como parte de su proceso de toma de decisiones no son los únicos interesados en este escenario. Quienes producen la información (entidades reguladas que están obligadas a divulgarla o que deciden hacerlo voluntariamente, municipios y gobiernos locales, organizaciones sin fines de lucro) también necesitan orientación sobre la mejor manera de presentarla.

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Afortunadamente, tanto para los que deben recopilar y divulgar información ASG como para quienes confían en dicha información, ASTM International se está ocupando de esto. Gracias a los esfuerzos del Comité de evaluación ambiental, de gestión de riesgos y de medidas correctivas (E50), con la ayuda del Comité de sostenibilidad (E60), está a punto de terminarse una nueva guía estándar que ayudará a las partes interesadas de ambos lados a desenvolverse en el complejo panorama de las ASG.

¿Qué es ASG?

El acrónimo se ha explicado anteriormente, pero ¿qué significan exactamente los términos “ambiental”, “social” y “gobierno” en este contexto?

Según el sitio web del Instituto de Finanzas Corporativas (CFI) “los factores ambientales se refieren al impacto medioambiental de una organización y a sus prácticas de gestión de riesgos. Entre ellos se incluyen las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero, la gestión de los recursos naturales por parte de la administración y la resiliencia general de la empresa frente a los riesgos climáticos físicos (como el cambio climático, las inundaciones y los incendios)”. El CFI define “social” en términos de la relación de una organización con las partes interesadas, incluidos los empleados y las comunidades en las que opera. Entre los elementos específicos de este componente de ASG se incluyen los salarios justos, la seguridad de los trabajadores, el compromiso de los empleados y el impacto de una entidad en sus vecinos.

“Gobierno”, la tercera pata de la tríada ASG, se refiere a la cultura de gestión de una organización y a la supervisión por parte de su junta directiva. De acuerdo con el CFI, una medida es la forma en que se respetan los derechos de los accionistas y se cumplen sus expectativas. Otra es si existen controles internos que promuevan la transparencia y garanticen la rendición de cuentas por parte de la dirección.

Grupos de trabajo paralelos

La “Guía para la divulgación de información ambiental, social y de gobierno (ASG) relacionada con el clima y la comunidad” (WK77095) es el primer producto de un grupo de trabajo creado en el seno del relativamente nuevo subcomité sobre clima y comunidad (E50.07). Helen Waldorf, miembro de ASTM desde hace casi 30 años y galardonada en 2021 con el Premio al Mérito de ASTM por sus contribuciones a E50, fue quien impulsó la creación de este subcomité en mayo de 2020 y sigue siendo su presidenta.
Waldorf también encabezó la creación de dos grupos de trabajo dentro de E50.07 relacionados con ASG. Este es un ejemplo interesante de cómo los miembros de ASTM trabajan juntos para determinar las prioridades en el proceso de consenso.

Poco después de la creación de E50.07, un grupo de trabajo comenzó a elaborar una guía de terminología y el otro se dedicó a la divulgación de información climática y ASG. Eileen Snyder y Pam Lacey codirigieron este último grupo. Snyder describe cómo este enfoque dual encontró contratiempos y por qué se tomó la decisión de suspender temporalmente la guía de terminología.

“Para algunas personas [la guía de terminología] era algo confuso porque todavía no se había publicado ningún estándar en E50.07”, afirma Snyder, coordinador técnico regional de Alpha Analytical. “Así que algunos pensaron que eso era poner el carro delante de los bueyes, mientras que otros pensaron que necesitábamos establecer una terminología básica para poder desarrollar guías utilizando los términos”.

La nueva guía

La nueva guía ASG ofrecerá a los inversores una comprensión más profunda y detallada de los valores de una organización.

Incluso, lograr un consenso sobre algunos de estos términos básicos fue todo un reto. Waldorf señala que las discrepancias sobre términos tan evidentes como “gas de efecto invernadero” paralizaron el grupo de trabajo terminológico. “En realidad, los gases de efecto invernadero incluyen el vapor de agua, además del dióxido de carbono. Por eso recibíamos constantemente comentarios en los que nos preguntaban por qué no mencionábamos el vapor de agua. Bueno, en el caso de ASG, no lo mencionamos porque no es necesario revelarlo cuando se informa sobre la huella ASG. Así que estábamos estancados y, como presidente del subcomité, acepté frenar el grupo de trabajo de terminología y dije que fuéramos con la divulgación ASG. Es lo que más interés despierta ahora mismo”.

En cuanto a los gases de efecto invernadero, el borrador de la guía estándar, que está en etapa de revisión final al cierre de esta edición, los define en términos de mandatos de informes actuales y potenciales. Es decir, afirma que la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) exige actualmente que se informe de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el grupo de trabajo anticipa que otras agencias, como la Comisión del Mercado de Valores de EE. UU. (SEC), pronto exigirán divulgaciones adicionales de GEI. El vapor de agua no figura entre ellos.

Un proceso deliberado

El proceso de preparación de la guía comenzó con la formación del E50.07 y la posterior creación de grupos de trabajo sobre ASG.

Según Snyder, a medida que avanzaba el desarrollo de la guía estándar de divulgación de ASG, cada vez más miembros del comité se involucraron. Las contribuciones recibidas de estos nuevos participantes, que complementan la variada muestra representativa del grupo de trabajo de más de 50 profesionales, incluidos reguladores, consultores, académicos y representantes de asociaciones comerciales, en última instancia, permitieron que se lograra a un producto final más sólido. Pero también afectó al cronograma.

“Algunas de las personas que se unen a nosotros ahora apenas llevan dos meses, tres meses, seis meses de participación”, prosigue Snyder. “Como el subcomité es nuevo y la gente siente curiosidad por lo que está pasando, va a encontrar a muchas personas deseosas de comentar cualquier cosa que elabore ese subcomité. Este grupo de trabajo fue el primero en redactar un borrador y someterlo a votación. Eso acrecienta aún más el interés”.

Snyder señala que el comité E50 es grande, con cientos de votantes que pueden revisar los proyectos de estándares (o una guía estándar, en este caso) generados por cualquiera de sus subcomités. Dado que muchas de estas personas supieron sobre la guía por primera vez, hubo muchos comentarios a los que responder.

A pesar de los problemas de tiempo, este proceso de ida y vuelta tiene un gran valor. Snyder cita la inclusión en la guía de secciones que abordan la trata de personas (por ejemplo, en su relación con el trabajo forzado) y cómo se aplican las leyes estadounidenses e internacionales a las estructuras de gobierno de los pueblos indígenas como ejemplos de temas que se incluyeron en la guía gracias a los aportes de los miembros del comité.

Sostenibilidad y materialidad

Los comentarios, las sugerencias e, incluso, las críticas de los miembros de ASTM son subproductos naturales del proceso de colaboración. Otro elemento de este proceso es el conocimiento de los trabajos relevantes de otros comités de ASTM, así como de lo que hacen los responsables de la elaboración de estándares en EE. UU. y en el resto del mundo.

La “sostenibilidad” es un buen ejemplo. Snyder explica que lo primero que hizo el grupo de trabajo ASG al ocuparse de este término fue estudiar cómo se define en otras guías y estándares ASTM publicados. “Tuvimos que elegir si adoptábamos esos términos, tal y como se definen en esas guías, o si creábamos una definición distinta para esta guía”, explica. “Así que se toma esa decisión como grupo de trabajo. Se avanza con la votación y, luego, se colabora con otros grupos de trabajo u otros comités principales, como el E60, que tienen sus propias ideas sobre cómo debe definirse la ‘sostenibilidad’”.

La divulgación ASG también tiene su propio vocabulario. Tomemos como ejemplo “materialidad”: ¿a qué se refiere la materialidad en una empresa? ¿Y quién lo decide? “La definición de ese término es diferente en el mundo financiero, bursátil y jurídico, en comparación con el interés general, y también difiere en Estados Unidos de a escala internacional”, agrega Snyder. “Decidimos no definirla en la sección de terminología de la guía, sino crear toda una sección para explicar el panorama de la materialidad (la definición legal, la definición financiera, la definición europea) para que todos estemos en la misma página cuando hablemos de materialidad en el contexto de algo como los requisitos de la Unión Europea frente a las empresas estadounidenses y registradas en la SEC”.

En cuanto a la SEC, en la guía, se reconoce y se hace referencia al trabajo realizado en el ámbito ASG por esta y otras agencias reguladoras estadounidenses, así como a los esfuerzos de Naciones Unidas. Según Lacey, el grupo de trabajo “realizará un seguimiento de los avances y actualizará las descripciones de la guía estándar una vez que la SEC, la EPA y otras agencias federales publiquen sus reglas definitivas. También tomaremos nota de cualquier impugnación ante los tribunales que pueda dar lugar a resoluciones judiciales que anulen las reglas o que obliguen a las agencias a revisarlas”.

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Snyder agrega que también se ha incluido en la guía información sobre los Principios para la inversión responsable (PRI) en cuestiones ambientales de la ONU porque, aunque son voluntarios, pueden emplearse como un tipo de marco de divulgación.

Análisis minucioso de la tríada

Uno de los desafíos a la hora de elaborar una guía estándar sobre los marcos de divulgación de información ASG es que mientras que la divulgación de datos ambientales tiene una trayectoria bastante larga, la información sobre las otras dos patas de la tríada ASG tiene menos disponibilidad.

“El tema ambiental es el más desarrollado”, confirma Snyder. Y agrega: “Si se echa una mirada a la descripción del medioambiente en el borrador de la guía y en el apéndice, que presenta algunos de los recursos para los divulgadores, se observa que es bastante completa. Se trata de un sector muy asentado que está acostumbrado a recopilar datos y cumplir los reglamentos, y mucha de esta información está disponible públicamente”.

Los otros dos sectores de la tríada, el social y el de gobierno, están menos definidos. Snyder señala que la guía presenta algunos conceptos que pueden plasmarse en esos dos elementos y, a continuación, remite al usuario a un apéndice en el que se pueden consultar marcos para la divulgación de esa información.

“En el momento actual, no existe ninguna estandarización para que las empresas definan estos tres elementos de alguna manera, ni para que revelen información particular al respecto”, destaca Snyder. “Eso es lo que se recoge en la guía: ‘Este es el panorama regulatorio, esto es lo que se viene, atención todos. Y aquí hay algunos marcos que se pueden utilizar, una especie de lente a través de la cual se puede observar el proceso de divulgación’. ¿Qué información debo recopilar y cómo debo representarla como parte de mi divulgación a la parte interesada?”.

Una guía, no un estándar

La explosión de interés por la divulgación de información ASG ha ayudado a descorrer el telón, al menos hasta cierto punto, sobre lo que hacen exactamente las empresas y otras entidades para atenuar su impacto medioambiental y mejorar sus resultados en aspectos como la diversidad y la inclusión. Sin embargo, la falta de marcos estandarizados para la presentación de informes, tal como se menciona anteriormente, ha dado lugar a un confuso mosaico de diferentes métricas y formatos de divulgación.

La Guía para la divulgación de información ambiental, social y de gobierno (ASG) relacionada con el clima y la comunidad” no proporcionará dicho marco.

“Es muy importante comprender que la nueva guía estándar no es un ‘estándar’ técnico ASTM de práctica o un método”, manifiesta Lacey. “No le dirá a nadie lo que tiene que hacer ni cómo hacerlo. El objetivo de la guía es proporcionar una visión general de los marcos de divulgación relacionados con ASG y el clima, tanto de carácter voluntario como reglamentario. Es como una guía de viaje a la tierra de las divulgaciones ASG y climáticas”.

Lacey, que recientemente se jubiló como asesor jurídico de medioambiente de la American Gas Association, reconoce que lo ideal sería disponer de un formato de información ASG sencillo y estandarizado. “Pero eso no es posible en esta coyuntura y, quizá, no lo sea nunca”, explica. “Hay demasiadas diferencias en lo que es más relevante para las distintas industrias y actividades económicas. Además, se trata de un ámbito plagado de fuertes opiniones políticas opuestas entre una amplia gama de partes interesadas que tendrán que ser arbitradas en el ámbito político y judicial. No hay un punto óptimo para el consenso, al menos, por ahora”.

Dadas estas restricciones, Lacey, Snyder y sus colegas del grupo de trabajo ASG seguirán dedicándose a ofrecer una guía general útil con un conjunto de recursos, en vez de intentar elaborar un estándar o práctica técnica. “Nuestro objetivo es ofrecer una herramienta para comprender los aspectos básicos y los enlaces web que ayuden al lector a saber más, si necesita profundizar”, comenta Lacey.

“En esta guía en especial”, continúa Snyder, “lo que pretendemos es ilustrar a los usuarios sobre la variedad terminológica existente y el contexto en el que pueden aplicarse esos términos. Nuestro objetivo no es definir todos los términos posibles ni todos los marcos de divulgación posibles. El objetivo es proporcionar un contexto y puntos de referencia para las personas que realmente quieren conocer sus responsabilidades en cuanto a la divulgación o, desde el punto de vista del consumidor, dónde pueden encontrar esta información y qué debe divulgar la entidad, qué deben saber incluso para preguntar”.

Jack Maxwell es escritor independiente y reside en Westmont, Nueva Jersey, EE. UU.

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Issue Month
Noviembre/Diciembre
Issue Year
2023
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